Leyendo con… Mikel Chamizo

La semana pasada, bookhunterblog entrevistó via email a Mikel Chamizo (Tolosa, 1980) compositor y periodista musical, que este año está inmerso en el proyecto 365 musical tweets: cada día compone una canción de no más de 140 notas (tantas como caracteres puede tener un tweet). Mikel, que hace algunos años se trasladó a Madrid “en busca de oportunidades profesionales” también publica críticas principalmente en mundoclasico.com, revista de la que es subdirector, y en el suplemento cultural de Gara “Mugalari”.
Además, está trabajando en una obra para la Quincena Musical del próximo verano, en la que “combinará el sonido de los txistus con la música electrónica”, y en una pieza para piano en torno a Liszt, en los 200 años de su nacimiento. «¿Hasta qué punto es la lectura importante para un músico?», pregunta bookhunterblog. “Cuando no paras de escuchar música y de leer sobre la música que escuchas, de improviso se dan momentos de revelación”, dice Mikel. En la foto, Mikel está leyendo en UNY2 (calle Libertad, Madrid).

bookhunterblog: ¿Lees mucho?
Mikel: Antes leía muchísimo. Con esto me refiero a que leía fácilmente 3 o 4 horas diarias, y siempre me podías ver con un libro en la mano, allá donde fuera. Por desgracia, desde que tengo un smartphone con una conexión a internet mi tiempo de lectura se ha reducido. Momentos que antes aprovechaba para leer (el tren, el metro, las esperas antes de los conciertos…) ahora los “malgasto” comprobando mi correo o escribiendo por twitter. Sigo leyendo todos los días, sobre todo en casa, pero ahora raramente paso de las 2 horas diarias.
b: ¿Qué géneros, qué temas, o qué autores lees?
M: Mi forma de elegir literatura es un poco caótica. Soy un lector compulsivo, capaz de leer casi cualquier cosa que caiga en mis manos, y me gusta experimentar con la sorpresa cuando elijo libros. Me acostumbré a eso cuando empecé a construir mi colección de discos, allá con 14 años.
No tenía internet ni forma de descubrir y escuchar a nuevos artistas, incluso encontrar información sobre algunos de ellos era muy difícil. Así que solía ir regularmente a Frudisk, que estaba en Gros (ahora hay una tienda china en el mismo local), al piso de abajo, que era la sección musical y que solía estar repleta de discos de segunda mano y de saldos de discos nuevos que tenían algún defecto en el embalaje. Me compré cientos de discos en Frudisk, tirados de precio, sin saber muchísimas veces qué era lo que estaba comprando. Kilos de música contemporánea. Muchos de esos discos que hice míos sin meditarlo resultaron ser descubrimientos maravillosos que me influenciaron muchísimo. Así que con la literatura hago algo parecido. Cada pocas semanas suelo darme una vuelta por alguna librería de viejo y me compro un montón de libros por cuatro duros y sin meditar demasiado lo que estoy comprando.
Luego en casa analizo los libros y siempre encuentro alguno que termina apasionándome y al que jamás hubiera llegado por mí mismo. En la última remesa, de Top Books de Madrid, me hice, por un euro, con Utilidad, deseo y virtud de Fernando Díez, un ensayo sobre la formación de la idea moderna de trabajo, un libro fascinantemente revelador. También con Lo que queda del día, de Kazuo Ishiguro, un relato que sólo conocía por la película y resulta que la novela es extraordinaria. Por un euro también me llevé una historia de la siderurgia en Bizkaia. Era demasiado técnico, así que se lo regalé a un amigo geógrafo.
b: ¿Tus lecturas están relacionadas con tu trabajo como compositor y crítico musical?
M: Obviamente, leo muchas cosas relacionadas con la música. Pero últimamente menos. Tuve una época, cuando empecé con la crítica, en que casi exclusivamente leía cosas relacionadas con música. Últimamente dosifico estas lecturas un poco más, me he dado cuenta de que a menudo encuentro más inspiración en literatura que no tienen nada que ver con la música.
Me atrevería a decir que he leído todos, o casi todos, los libros referenciales sobre música de las últimas décadas, tanto en castellano como en inglés. Desde historias de la música occidental a ensayos filosóficos o sociológicos. Actualmente, mis lecturas musicales suelen venir sugeridas por las notas al programa que me encargan. Si tengo que comentar una obra de Messiaen, por ejemplo, me pongo a leer todo lo que puedo sobre Messiaen, ya sean biografías, ensayos o análisis de obras concretas. También leo libros musicales porque me interesan, claro. Hace poco he terminado El ruido eterno de Alex Ross, que habla sobre la música del siglo XX de una manera muy amena, y Singing Neanderthals de Steven Mithen, que investiga sobre cómo los primeros seres humanos empezaron a cantar y a crear música.
b: ¿Hay alguna obra que te haya marcado especialmente?
M: He leído muchísimo sobre música y me cuesta decidir qué libros han sido más importantes. Pienso que el conocimiento de la música es algo que se da por acumulación. Tú puedes leerte una estupenda biografía de Schubert y seguramente habrás aprendido mucho sobre la biografía de Schubert, pero muy poco sobre su música. Sin embargo, cuando no paras de escuchar música y de leer sobre la música que escuchas, de improviso se dan momentos de revelación, en que el libro te abre las puertas a un aspecto de la música que te había pasado desapercibido hasta entonces. En mi caso, han sido muy importantes los libros que dan una visión humana, política y social de la música. En esa categoría los numerosos ensayos y los tomos de historia de la música de Richard Taruskin han sido esenciales.
b: ¿Crees que lo que lees influye en tu trabajo como compositor?
M: Sin la menor duda. Además soy un compositor que se basa mucho en referencias externas, raramente escribo obras que estén basadas al cien por cien en la propia retórica del lenguaje musical. En mi música siempre se cruzan ideas, sugestiones, impresiones de la vida, y muchos de esos pensamientos, claro está, llegan desde la literatura.
b: ¿Alguno de tus “musical tweets” tiene relación con algún texto que hayas leído?
M: Por ejemplo el que publiqué el 13 de enero. Recuerdo que ese día leí una noticia sobre la controversia surgida por la segunda parte de El guardián entre el centeno, con el protagonista visitando los mismos lugares de la historia 60 años más tarde. Así que hice este tweet inspirándome en una frase que me encantó de Salinger. También escribí este otro tweet tras una noche en que me quedé hasta altas horas de la madrugada releyendo Silence de John Cage. Y seguro que llegarán más.

b: En Donostia, ¿a qué librerías / bibliotecas acudes para buscar libros? ¿Y en Madrid?
M: Cuando vivía en Tolosa me pasaba regularmente por Paseo de Colón Discos, una librería de segunda mano que está cerca del puente de Gros. Cuando quería algún libro nuevo, solía ir a Bilintx en el Casco Antiguo, hoy Elkar. Últimamente, siempre que vuelvo a Tolosa me paso por el Elkar de la Calle Arosteguieta y me compro un libro en euskara, porque desde que vivo en Madrid estoy perdiendo fluidez y me preocupa. Y porque, aunque haya llegado tarde, estoy descubriendo que tenemos una literatura magnífica en euskara.
En Madrid compro libros en cualquier sitio que encuentro, porque las librerías de viejo aparecen por cualquier esquina. También me paseo mucho por el rastro. Si busco alguna novedad me suelo ir al edificio de libros de El Corte Inglés en Sol, porque vivo en el centro. En la Fnac de la Calle Preciados, por alguna razón, nunca tienen lo que busco, y la Casa del Libro de Gran Vía me parece un lugar horriblemente agobiante. Para cualquier cosa relacionada con la música en Madrid suelo ir al Real Musical, al lado del Teatro Real. Pero tampoco creas que la selección de libros que tienen es extraordinaria. La mayoría de los libros musicales los compro por internet y, si puedo, en inglés. Salvando un par de excepciones, los traductores al español especializados en música son un verdadero desastre.
b: Por último, ¿qué libro recomiendas a los lectores de bookhunterblog?
M: Iba a recomendar El ángel de fuego de Valeri Briúsov, un simbolista ruso que alegorizó en forma de novela histórica el triángulo amoroso con su mujer y un escritor rival. Es una novela apasionante, con una heroína de una personalidad destructiva inolvidable, a la que Prokofiev dedicó una ópera. Pero como no lo tengo aquí para leeros la primera frase, voy a recomendar el Diccionario del diablo, de Ambrose Bierce, que es un libro perfecto para ojear en ese lugar sagrado en el que jamás nadie reconocería que lee.
b: ¿Podrías leernos la primera frase del libro?
M: Leo una de las acepciones: “Crítico, s. Persona que se jacta de lo difícil que es satisfacerlo, porque nadie pretende satisfacerlo”.

Acerca de bookhunterblog

Blog sobre literatura. https://bookhunterblog.wordpress.com
Esta entrada fue publicada en leyendo con y etiquetada , , . Guarda el enlace permanente.

Una respuesta a Leyendo con… Mikel Chamizo

  1. Pingback: Articulo Indexado en la Blogosfera de Sysmaya

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s