Their Eyes Were Watching God, Zora Neale Hurston

bookhunterblog comenta 04Antes de llegar a leer Their Eyes Were Watching God (Sus ojos miraban a Dios) ya hay varias indicaciones que nos advierten del tipo de novela al que vamos a enfrentarnos. Primero, está todo lo que podamos leer sobre Zora Neale Hurston (Notasulga, AL, 1891 – Fort Pierce, FL, 1960), escritora y folklorista que protagonizó la Harlem Reinssance y sin embargo murió en el olvido. El dibujo de flores que Virago Press ha escogido para la portada, con esos tonos fuertes y vivos (todo lo opuesto al clásico estampado liberty) también da alguna pista. Y la introducción de Zadie Smith es ya la señal definitiva.
Smith cuenta que, cuando era una adolescente, su madre trató de convencerle para que leyese la obra de Hurston, diciendo que estaba segura de que le gustaría. Desde su rebeldía, Smith recuerda haberle preguntado: «¿Por qué, porque ella es negra?». Su madre le respondió que no era por eso, sino porque «es buena literatura». Al final, Smith no tuvo más remedio que darle la razón. Y quedó fascinada por el lenguaje que despliega Hurston, con su cadencia sureña, su ritmo, sus originales metáforas. Como probablemente nos ha sucedido a casi todas las personas que hemos leído Their Eyes Were Watching God.
Como tantas, esta es una historia que trata del amor, y en concreto de la búsqueda del amor por parte de Janie, una mujer afroamericana. La protagonista se cría con su abuela, quien tiene una visión desesperanzada de la realidad (una de sus afirmaciones más célebres es que «la mujer negra es la mula del mundo») y desea un futuro mejor para su única nieta. Cuando Janie comienza a mostrar cierto interés por el amor, su abuela decide casarle con Logan Killicks, un granjero que puede ofrecerle seguridad. Janie accede, pero pronto se cruza en su camino Joe Starks.
Joe (elegante, dotado de buenos modales y del don de la palabra) representa la esperanza de una vida más brillante. Janie acepta marcharse con él a la primera población enteramente gestionada por ciudadanos afroamericanos, Eatonville. Allí, Janie consigue una posición respetable como esposa del alcalde y dueña de la tienda de ultramarinos, pero no goza de libertad ni de amor. «Antes de que pasara un año, Janie se dio cuenta de que su marido había dejado de hablarle en verso». Mientras todo el pueblo comparte historias en el porche de la tienda, ella debe estar dentro atendiendo a los clientes. Antes llevaba el pelo largo y suelto, en cambio ahora debe recogerlo y taparlo con un pañuelo.
Cuando Joe muere, Janie es una viuda rica y atractiva. Y entra en escena Vergible Woods, «Tea Cake», un hombre más joven que ella, que busca trabajos ocasionales y la forma de pasárselo bien la mayor parte del tiempo. A pesar de las reticencias iniciales, Janie acepta su amor y en ese momento comienza una nueva vida para ella. Con Tea Cake, en los campos de alubias, trabajando de sol a sol, enteteniéndose con partidas de dados y bailes caribeños, aprendiendo a cazar… Janie será mucho más feliz de lo que había sido nunca. «El amor es como el mar», reflexiona Janie. «Es una cosa en movimiento, pero aunque esté quieto, toma la forma de la orilla con la que se encuenta, y es distinto en cada orilla».
Obviamente, una felicidad tan perfecta no podía durar mucho, y todo cambiará cuando estalle la tormenta. Una tormenta tan brutal que Janie y Tea Cake sienten que están contemplando la furia de Dios. Ya es demasiado tarde para escapar y ante ellos se despliega un escenario terrible, que resulta sorprendentemente similar a las escenas que vimos por televisión después del Katrina, incluso en los detalles más macabros. Lo que abre una vía interesante para la reflexión, pero quizás nos aleja demasiado de la novela.
Their Eyes Were Watching God es una novela intensa, llena de vida. El particular tratamiento que Hurston da al lenguaje, transcribiendo de manera fonética el habla de sus personajes, fue uno de los motivos por los que la autora cayó en el olvido (si no en el desprecio) de la Academia, pero constituye una de sus características más originales. Su capacidad para reflejar conversaciones cotidanas, y no por ello carentes de lirismo, hace de Their Eyes Were Watching God una lectura fascinante. He visto que existe la traducción al castellano, y se me ocurren pocas novelas tan difíciles de pasar a otro idioma.

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7 respuestas a Their Eyes Were Watching God, Zora Neale Hurston

  1. Munduate dijo:

    Me gusta la portada. Muy colorida. 🙂

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  2. Jessica dijo:

    Gracias, se ve muy interesante!

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  3. Pingback: NW, Zadie Smith | bookhunterblog

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