La librería Kaxilda se trasladó el pasado mes de julio del callejón Arroka a un nuevo espacio en la plaza Easo (plaza Easo, 2 – ver mapa). La demolición del edificio en el que estaban parecía inminente, y se impuso la necesidad de buscar algo temporal. Al final lo encontraron sin salir de Amara Viejo, un barrio en el que «nos han acogido bien», en palabras de Josean Arriola, miembro del grupo que lidera el proyecto.

La nueva Kaxilda es más pequeñita, aunque (un poco apretujadas) han entrado todas las baldas repletas de libros. Su situación en un local más visible ha supuesto la apertura a «otro tipo de público, menos específico». Por otro lado, la falta de espacio hace imposible seguir con las actividades culturales, que ya eran una seña de identidad. «Estamos deseando retomar la programación, y nos planteamos hacerlo en colaboración con otros espacios», señalaba Josean. En cualquier caso, el espíritu de Kaxilda sigue vivo en la selección de libros. «Últimamente estamos descubriendo muchas editoriales latinoamericanas», decía Josean.

En la imagen, Josean lee Naturaleza muerta con pájaro carpintero (ediciones Alfabia), uno de los libros que más ha disfrutado en los últimos meses. Si todo va bien, Kaxilda tendrá un nuevo (y amplio) hogar en primavera: con una zona para ponencias, cafetería, restaurante; incluso espacio para exposiciones.