El próximo martes, la tertulia en castellano de Donostia Kultura se reunirá para su última sesión del año. El título escogido en esta ocasión es Otra vuelta de tuerca, de Henry James. Esta elección responde tanto a la propuesta de algunas asistentes de incorporar obras clásicas como a la recomendación de una de las autoras que visitó la tertulia el curso pasado, Marta Sanz.
Henry James, considerado uno de los grandes maestros de la ficción moderna, nació en Nueva York en 1843, en el seno de una familia acomodada de origen irlandés. Estudió en Estados Unidos y en Europa, estableciéndose de manera definitiva en Inglaterra en 1875. A los 20 años comenzó a publicar relatos y artículos, muchos de ellos tomando como punto de partida el contraste entre la cultura y la sociedad europea y norteamericana. Este tema también está presente en una de sus obras maestras, Retrato de una dama (1881). Otra de las grandes preocupaciones en la literatura de James es el punto de vista, la percepción y la conciencia. Sus obras se caracterizan por la exploración psicológica de los personajes, más que por la acción. Los críticos suelen distinguir tres grandes etapas en la producción de James, ya que conforme su edad avanzaba, su estilo se fue volviendo más complejo y oscuro, incluso impenetrable.
Henry James
Otra vuelta de tuerca se publicó en 1898 y es representativa de su estilo de madurez. Heredera de los cuentos populares sobre fantasmas y de la novela gótica, supone sin embargo una revisión original de este tipo de narraciones. A excepción de una breve introducción, la historia se presenta desde el punto de vista de una joven institutriz que acepta trasladarse a una mansión en el campo para encargarse del cuidado de dos niños, los pequeños Miles y Flora. Una vez allí, comienza a experimentar la aparición de dos fantasmas, un hombre y una mujer, que con ayuda del ama de llaves identifica como Miss Jessel y Peter Quint, quienes fueran empleados de la casa, expulsados por mantener relaciones ilícitas, y ambos fallecidos.
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En Otra vuelta de tuerca está presente el estilo indirecto de James y su manera «rococó» de narrar: frases largas, verbos pospuestos, dobles negaciones… ¿Qué te ha parecido? ¿Ha sido para ti una lectura agradable, comprensible? ¿Consideras que este estilo ha soportado bien el paso del tiempo?
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La característica principal de la novela es que, al contrario que en una historia de fantasmas tradicional, no tenemos la certeza de que estos seres existan, de que tengan entidad física. Existen críticos «aparicionistas» y «no-aparicionistas». ¿Dónde te sitúas tú? ¿Qué evidencias encuentras?
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Además de cuestionarnos continuamente la estabilidad mental de la institutriz, la narración también nos obliga a plantearnos la inocencia de los niños. En sus conversaciones con la protagonista, todas las frases parecen tener un doble sentido. ¿Cuál es tu interpretación sobre estos personajes infantiles?
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La naturaleza de la relación de los antiguos empleados con los niños no queda totalmente explicada, aunque se sugiere que pudo haber algún tipo de abuso sexual. Algo similar ocurre con la expulsión de Miles del colegio, de la que tampoco conocemos los motivos exactos. ¿A qué conclusiones has llegado?
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La crítica contemporánea favorece una lectura freudiana de la historia, partiendo de la idea de que la protagonista (hija de un clérigo, de clase social inferior) está reprimida sexualmente y obsesionada con el tío de los niños, al que se le prohíbe ver. ¿Qué piensas de este tipo de análisis de la novela?
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Otra vuelta de tuerca ha sido objeto de múltiples adaptaciones a la televisión, al teatro y al cine. También ha habido obras inspiradas libremente en la novela, como la película «Los otros», de Alejandro Amenábar. ¿Por qué crees que es tan propicia para la interpretación y la reinterpretación?