La España vacía, de Sergio del Molino, ha supuesto una pequeña revolución inesperada. ¿A qué se debe su éxito? En las tertulias hemos podido comprobar la capacidad de este ensayo para fijar un concepto nuevo, generar debate y evocar vivencias.
Hay dos Españas, pero no son las de Machado. Hay una España urbana y europea, indistinguible en todos sus rasgos de cualquier sociedad urbana europea, y una España interior y despoblada, que he llamado España vacía. La comunicación entre ambas ha sido y es difícil. A menudo, parecen países extranjeros el uno del otro. Y, sin embargo, la España urbana no se entiende sin la vacía. Los fantasmas de la segunda están en las casas de la primera.