A lo largo de su trayectoria, bookhunterblog ha dedicado un espacio a varias librerías, especialmente a las situadas en su territorio (Donostia y alrededores). Para paliar la ausencia de una de las más veteranas, y coincidiendo además con el 60 aniversario de su fundación, hace unos días estuvo tomando un café con Adolfo López Chocarro, librero (y agitador cultural) en Zubieta.
Con varios cambios de sede y de enfoque a lo largo de su trayectoria, podemos decir que la librería ya está plenamente asentada en Reyes Católicos. Y más viva que nunca.

Cuenta Adolfo que el origen de la librería Zubieta está en la iniciativa de un grupo madrileño que, a mediados de los años 50, se propuso abrir librerías en varias ciudades, como una forma de revitalizar el panorama cultural de la posguerra. «Empezaron como Proa y luego se cambió el nombre a Troa, nunca he sabido exactamente el motivo». La sede donostiarra fue la número 13 del grupo y se inauguró en junio de 1959, en la calle San Marcial, 11, con Carmenchu Berruezo al frente. Escogieron el nombre del barrio donostiarra por ser «un símbolo del resurgimiento de la ciudad», y en los primeros años el foco fue generalista, con una clara apuesta por el libro escolar y universitario. El local pertenecía a la Caja de Ahorros Provincial, y en 1987 les comunicaron que lo necesitaban.
Por eso, en noviembre del mismo año, la librería se trasladó a su famosa sede cubierta de madera de la plaza Gipuzkoa (otra vez en el número 11). Era una zona más comercial, con gran movimiento de estudiantes, ya que «durante mucho tiempo la biblioteca de la Diputación estuvo en el edificio al otro lado del parque». Con la incorporación en la gerencia de Ana Rosa de Miguel y Mari Ángeles Nuñez, se empezó a intuir la necesidad de modernizar la librería y de buscar otro nicho de mercado: literario, gastronómico, infantil… Adolfo se unió a la plantilla en 2003, cuando ya se veía que el cambio era imprescindible. En contra de lo que piensan muchos clientes («no sabes la de veces que me han preguntado si Rosa era mi madre», dice entre risas) él no tenía ningún vínculo familiar. Había estudiado Historia, especializándose en investigación archivística, y quería completar sus proyectos con otro trabajo.

Adolfo se permite una pequeña reflexión sobre los años en los que (incluso) las librerías estuvieron muy polarizadas en Gipuzkoa, y se les asignaban etiquetas en función de su posicionamiento. «Es curioso que Zubieta no sufriera ataques, aunque es cierto que sus responsables no se significaron políticamente». «Con un mismo escaparate, me han llegado a decir que nos hemos pasado de nacionalistas, de españolistas y de progres. Para mí eso es un halago; porque si me dicen eso, es que hay de todo», concluye. Por otro lado, considera que en los últimos años la visión de las librerías (como otros muchos aspectos) ha cambiado en la sociedad guipuzcoana, y la unión que se da en el gremio es una buena muestra. Adolfo, que desde 2018 es Presidente del Gremio de Libreros de Gipuzkoa, lo resume así: «Tenemos claro que o nos juntamos y colaboramos o nos va a ir mal a todos». Y señala iniciativas como la organización conjunta del Día del Libro, el premio Euskadi de Plata, las actividades dentro de Literaktum, el Bono Cultura…
¿Es Zubieta una librería de proximidad, independiente, de fondo? «Ninguna de ellas y todas a la vez«, afirma Adolfo. Explica que en Donostia, por el propio tamaño de la ciudad, no existe ese concepto de librería de barrio, pero el hecho de que una librería sea céntrica no implica que pierda cercanía. «Hoy en día es difícil vivir del fondo», añade, «y creo que es bueno que haya una rotación: no se trata de que nos gobiernen las novedades, pero sí que cada vez que entra alguien vea cosas distintas». Como librería integrada en un grupo más amplio, aclara que Troa no funciona «como otras cadenas, que en realidad son franquicias». Más allá de agrupar ciertos servicios centrales, da libertad a sus tiendas. «Aunque sí es un grupo que prefiere potenciar un libro por su calidad literaria, no porque esté de moda».ç

En su opinión, son dos las claves que deberían diferenciar a una librería, y que trata de poner en práctica en Zubieta desde que se convirtió en su gerente en 2013, con el apoyo de sus compañeras, Rosa Tapia y Olga San Millán: «hacer cultura, además de vender productos culturales» y «ofrecer una experiencia de compra con valor humano; es decir, mimar, guiar y acompañar al cliente». La decisión de un grupo hotelero de comprar todo el inmueble de la plaza Gipuzkoa les forzó en otoño de 2016 a buscar una nueva ubicación, tarea «nada fácil con los precios que tiene el alquiler», y finalmente se decantaron por el de Reyes Católicos, 3 (el 11 no debía de estar disponible).
Aunque inicialmente fue un reto, este cambio parece estarles ayudando a materializar una nueva identidad. El local es blanco y luminoso, con una planta baja en la que organizar actividades, y se encuentra en una zona joven. Si bien la plaza Gipuzkoa tenía más tránsito, y puede que hayan perdido clientes esporádicos,»aquí hemos reforzado la fidelización, y los que vienen son más militantes». Asesorar a los clientes conlleva mucho tiempo, oferta y esfuerzo, pero para Adolfo es lo más importante en la profesión. «Lo mejor son las historias que te cuentan, asociadas a la búsqueda de un libro: que si lo quiero para mi hija, que está un poco triste… Yo tengo claro que prefiero que me recomiende mi próxima lectura una persona, y no un algoritmo».

Como no podía ser de otra forma, antes de despedirse para abrir la librería nos deja algunas recomendaciones para los lectores de bookhunterblog: Cárdeno adorno, de Katharina Winkler, editado por Periférica («muy lírico, está muy bien para acercarse a otras realidades y entender cómo alguien acaba en una situación de violencia») y Nuestras riquezas, de Kaouther Adimi, por Libros del Asteroide («una historia ambientada en Argel que habla de los escritores de la zona, su implicación política, y el papel que una librería puede tener en la vida de una ciudad»).
He tenido la suerte de organizar algunos cuentacuentos en inglés con Kids&Us en la zona infantil de la librería y me gustaría destacar de la calidad humana y de la calidad de las colecciones en la librería: ¡¡una pasada!!
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perdón por el lapsus, destacar la calidad humana y la calidad de las colecciones en la librería: ¡¡una pasada!! ;))
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