El próximo martes, 26 de marzo, en la tertulia en castellano de Donostia Kultura charlaremos sobre una novela clásica, Padres e hijos, de Iván Turguéniev.
Iván Serguéyevich Turguéniev nació en 1818 en Oriol, Rusia, en el seno de una rica familia de terratenientes. Su padre, que había sido coronel, murió cuando el escritor tenía 16 años, por lo que él y su hermano Nikolái quedaron al cuidado de su madre. Ella fue una figura despótica y abusiva, tanto con sus hijos como con los criados y la servidumbre. Tras completar la educación elemental, Turguéniev estudió en la Universidades de Moscú y San Petersburgo, especializándose en lenguas clásicas, filología y literatura. En 1838 se trasladó a Berlín para continuar con sus estudios de filosofía e historia. Se dice que volvió occidentalizado: pensaba que su país debería progresar imitando a Europa, y se mostraba partidario de abolir la servidumbre. A partir de los años 60, residió fuera de Rusia, sobre todo en Francia. Uno de los motivos para ello fue su estrecha amistad con la cantante española Pauline García-Viardot y su familia. Turguéniev falleció en 1883 en Bougival, cerca de París, y se le enterró con honores en San Petersburgo.

Considerado como uno de los grandes narradores de la era victoriana y como el más europeísta de los escritores decimonónicos rusos, su primer éxito literario fue Memorias de un cazador (1852), una colección de cuentos basados en observaciones del medio rural. Se dice que su lectura influyó al zar Alejandro II en su decisión de emancipar a los siervos. En su obra destacan las novelas Rudin (1857), Nido de nobles (1859), En vísperas (1860) y Humo (1867), así como las novelas breves Diario de un hombre superfluo (1850), Primer amor (1860) o Aguas primaveras (1872). Hay unanimidad entre la crítica en que Padres e hijos (1862) es su obra más lograda. Esta novela gira en torno al conflicto entre la generación de los 40 (bienintencionada, débil e inútil) y sus hijos, la juventud nihilista pre-revolucionaria, fuerte y decidida, que reniega del atraso y la frivolidad, pero también de la religión, la estética y la moral.
- Padres e hijos fue una novela muy polémica, llegando a surgir diferentes corrientes de opinión. Algunos acusaban a Turguéniev de querer agradar y ensalzar a la nueva generación; otros, de no comprender y ridiculizar a los jóvenes. ¿Qué has pensado tú sobre las motivaciones y opiniones del autor?
- La reciente emancipación de los siervos, un tema importante para Turguéniev, aparece como trasfondo de la historia, que transcurre en su mayor parte en explotaciones agrícolas en manos de terratenientes. ¿Qué otros aspectos de la sociedad rusa se describen (o se ponen en cuestión) en la novela?
- Aunque hay más personajes jóvenes, Bazárov se alzó a la categoría de arquetipo. Es un joven despierto, realista, radical, (tal vez) algo soberbio y, en el fondo, lleno de contradicciones. ¿Qué impresión te ha dejado a ti? ¿Has apreciado una evolución en él a lo largo de la historia y, si es así, en qué sentido?
- A pesar de que los protagonistas son hombres, algunos personajes femeninos tienen cierto peso: es el caso de Kúkshina, las hermanas Anna y Katia, o Fenéchka. Desde tu punto de vista, ¿qué valores encarnaría cada una de ellas? ¿De qué manera aparece el choque generacional también en ellas?
- Padres e hijos está considerada una novela clásica. En tu opinión, ¿qué razones justifican su inclusión en el canon literario? Podemos prestar atención a la temática y el argumento, pero también al estilo: descripciones, conversaciones, ritmo, lenguaje… ¿Hay algo que te parece que esté desfasado?
Para ampliar nuestra perspectiva sobre Padres e hijos y sobre el propio Turguéniev, disponemos del dossier elaborado por las bibliotecas, pero también podemos recurrir al capítulo que les dedica Vladimir Nabokov en su interesante Curso de literatura rusa, o al precioso libro híbrido (biografía-ensayo-relato-poesía) de Moisés Mori Estampas rusas: un álbum de Iván Turguéniev. La cita para hablar de todos estos temas será como siempre el próximo martes, 26 de marzo, a las 19.30 horas, en el salón de actos de la Biblioteca Central (cripta de la calle San Jerónimo). ¡No faltes!